martes, 17 de diciembre de 2013

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo

Cuando realicé la ultima J capitular —aún he de completar el texto para el que la diseñé— alguien me preguntó si sería posible utilizar el mismo esquema, basado en la sucesión Fibonacci, para diseñar otras iniciales. 
Fue un simple comentario pero, al plantearme la inicial de nuestra felicitación navideña retomé la idea. 
En contra de la ortodoxia decidí que la capitular no sería la “E” con que comienza el versículo, sino la “P” de PAX, elegida la palabra eje y que decoré con muérdago.

 Con la A y la X intenté una especie de logo a partir de la elongación de la tipografía uncial, común a toda la página.

Con un error final: incluir las gracias en el rectángulo, lo que estrecha la parte curva un poco; no mucho, pero sí lo suficiente para que ahora prefiera el diseño primitivo que sólo llegué a esbozar.

Esta vez opté por utilizar el texto de Lucas 2:14: “(...) y en la tierra paz a los hombre de buena voluntad” escrito en latín.
La decoración de la capitular la modifiqué en varias ocasiones, y me arrepentí de hacer las hojas y frutos del acebo tan pequeños, dado que ya no tengo la vista para estas florituras. 

Los deseos de felicidad los escribí en castellano, flamenco, catalán —dadas las diferentes lenguas familiares— e inglés —por aquello de que cualquiera pueda entenderlo.

Utilicé plumillas Speedball C-Series números 4 y 5, gouaches y tinta. El papel no me dejó demasiado contento; se veía muy bien pero las plumillas no han corrido con facilidad.
Y, ya dejando de lado tecnicismos, e independientemente de la orientación religiosa de cada cual, aprovecho para felicitaros la Navidad y desearos un año próximo lleno de proyectos y de fuerza para llevarlos a cabo, que para andar poniendo trabas  y problemas ya está una parte del resto del mundo.

Ferdinandus d.s.

sábado, 9 de noviembre de 2013

La menor de mis hijas cumple los años.

1ª parte: dándole vueltas a algunas ideas
Esta vez empecé con tiempo. En agosto, como método para olvidar los calores, empecé los primeros bocetos.
Después de varios intentos me decidí por una imitación de esas labores de punto que hacían —y aún hacen— algunas mujeres. Dejé de lado capitulares, dorados, relieves y góticas y me limité a trabajar con su nombre.

Esta idea de hacer una caligrafía teniendo como base un bordado tipo vainica o bolillos no fue mía: he de agradecérsela a la diseñadora Jessica Hische, que tiene un par de trabajos que removieron mi memoria y me devolvieron, por unos instantes, a imágenes ancladas en mis recuerdos de niñez.
2ª parte: la realización
Siempre he defendido la relación entre el fondo y la forma. En este caso, la idea básica que he intentado transmitirle es la importancia de recuperar la práctica de las virtudes, especialmente las de la humildad y la paciencia. 



El texto con la dedicatoria, y en el que justificaba los aspectos formales, decidí escribirlo con una caligrafía sencilla en el reverso, lo que me permitía hacerlo más largo.

Y este ha sido el resultado. Curioso, cuanto menos.



3ª parte: montando el estuche
Hacía tiempo que no enredaba en encuadernaciones y, además, me parecía que el trabajo quedaba un poco "desnudo", así que para rematar la presentación decidí hacerle unas tapas.

He seguido trabajando con la gama de azules y he añadido un toque de negro en las cantoneras y el lazo para atar. 

Realmente, hacía mucho tiempo. Y ahora que está concluido, me doy cuenta de algunos errores. Un día, con tiempo, me dedicaré a dejar escritas, como recordatorio, las pautas y protocolos para lograr un trabajo correcto. Un día de estos.

P.S. Sobre los materiales
El papel utilizado es artesano, de 40 x 20 cm., fabricado con fibra de algodón y barbas naturales a los cuatro lados de la casa Garzapapel, de Alcoy. Yo lo encontré en Vicenç Piera, (Córsega, 298, Barcelona). Curiosamente, en la tienda on-line de la papelera (www.garzpapel.com), donde he comprado papel para trabajar con plumilla, no lo he visto. El papel de la tapa —también artesano— y el de las guardas los encontré en Raima (Comtal, 27, Barcelona), aunque como van cambiando el catálogo no es seguro que siga estando.
Para la caligrafía he utilizado un simple bolígrafo de gel color azul turquesa  de 0,38 mm. de grosor de trazo. No tiene marca.

Ferdinandus, d.s.

jueves, 29 de agosto de 2013

J capitular. 2. Aprendiendo


Sigamos con la J capitular
3a parte. Las elecciones no sólo tienen pros.
Papel para acuarela de Garzapapel. Hecho a mano, fibra de algodón. Un blanco perfecto y un tacto rugoso delicado. Pero para acuarela. Sé que tienen un papel específico para caligrafía, pero en Barcelona me ha sido imposible encontrarlo. El problema es que trabajar con plumilla es complicado. Lo positivo es que me he obligado a hacer prácticas de trazo con pincel fino.
He utilizado también una pasta selladora para simular un poco de relieve en los trazos pintados de rojo. No ha quedado una superficie totalmente lisa, quizás porque lo he diluido poco. La próxima vez probaré con gesso y dando más capas. 
El rojo de base es acuarela Cadmiun Red Pale Hue 103 Cotman de Winsor & Newton. Es un color precioso y en el papel da una calidad excelente, pero aplicado sobre la selladora queda poco homogéneo. Para el tono ligeramente oscuro he usado un gouache 55 Flame Read de Pelikan y de esta misma marca es el azul, uno de mis preferidos, el 108a Cobalt Blue; el color blanco es tinta de Winsor & Newton que me ha sorprendido positivamente al aplicarla con pincel.

4a parte. El proceso.
Tras hacer el marcaje en el papel, di un par de manos de selladora, coloreándola con una gota de acuarela roja para destacarla. 

Posteriormente pinté el rojo con la acuarela, sin problemas cromáticos en las partes sin selladora pero poco homogéneo donde la había, lo que me obligo a dar varias pasadas con resultados poco brillantes. 

Luego apliqué el azul y lo dejé secar todo toda una noche. Al día siguiente apliqué el rojo gouache en algunas zonas y la tinta blanca, con cuidado de que no se diluyera con los pigmentos previos. 

La letra no está completa, y no la tocaré en este estudio. Le faltan unas filigranas exteriores que la decoren pero, como ya he dicho, trabajar en este papel con plumillas finas me resultaría engorroso y sería muy posible que estropeara el trabajo hecho, así que lo dejo para cuando utilice esta inicial para el trabajo previsto. 
Y además, la caligrafía es para mí un método de introspección y relax y no entra en mis esquemas ponerme nervioso cuando me dedico a ella.
Ferdinandus, d.s. 

martes, 27 de agosto de 2013

J capitular. 1. A vueltas con la creatividad


Ha refrescado un poco. Y se agradece.
Decía Eugeni d’Ors: “Todo lo que no es tradición, es plagio”; quizás la frase sea un poco extrema, pero lo cierto es que en el tema de la creatividad no es oro todo lo que reluce. Y es que, al parecer, ser creativo no es tanto inventar algo “nuevo”, sino tener una forma “nueva” de combinar cosas ya existentes. En literatura, Vladimir Propp llegó a definir 31 elementos que se repiten invariablemente en todos los cuentos populares —aunque no todos en el mismo—, y en la caligrafía ¿qué decir? tenemos aproximadamente 28 signos alfabéticos y un número de tipografías menos amplio de lo que parece que vamos combinando de mil maneras posibles.
Cuento esto porque la inicial en la que he estado trabajando no es, desde luego, toda mía. Y me apetece dejar constancia del proceso.

1a Parte. Necesito una J capitular
Quiero hacer una carta de bienvenida y necesito una J inicial que destaque. Lo primero que hago es buscar en mi archivo, pero no encuentro ninguna que se ajuste a la idea previa que tengo. Encuentro, eso sí, dos I de sendos libros antiguos. La primera es de Giulio Menna y la tengo anotada como Walters Manuscript W. 805; la segunda me consta como “Freiburg, Bibliothèque cantonale”. 


No estoy seguro, pero supongo que tendré que darles las gracias a nuestros amigos de e-codices  y Walters Art Museum Illuminated Manuscripts , que generosamente publican en Flickr infinidad de páginas de manuscritos maravillosos.
El hecho de que sean íes, y no jotas, es un problema relativo. Porque lo que hago es diseñar una nueva letra a partir de las ideas que más me gustan de las dos. Ya tengo resuelto el primer problema.

2a Parte. Nunca estoy contento
Demasiado alargada. Poco “matemática” en sus proporciones. Y en la etapa actual necesito orden mental, así que recurro a la solución más obvia: la sucesión Fibonacci, descrita por Leonardo de Pisa a principios del siglo XIII y que nunca deja de asombrarme. 

Tras ajustar mi diseño a estas proporciones, el resultado ha sido éste:

Y bien, ya tengo la J que necesitaba. 
Ahora he de elegir colores, papel y técnicas, pero eso será en el próximo post.
Ferdinandus, d.s.

martes, 13 de agosto de 2013

Elogio de la pereza (I)


En realidad quería hacer otra cosa, pero los compromisos, los calores, un par de intentos fracasados y, por qué no reconocerlo, cierta abulia estival, me han limitado mucho. Y esto es lo único conseguido en un largo mes de verano.

Esta frase siempre me ha encantado. Complementa a la célebre Ley de Hlade (falsamente atribuida a Bill Gates), que reza así: “Si tienes una tarea difícil, encárgasela a un vago: encontrará una manera más fácil de realizarla”.

Si este otoño/invierno me decido, las caligrafiaré juntas y las presentaré con tapa, como las había pensado al principio. Si me decido.

El diseño del sol está tomado de un plato de cerámica que decora “Els Quatre Gats”, un lugar donde recalar a tomar algo cuando voy a Barcelona con mi esposa (en sus mesas se sentaron, en su momento, un joven Pablo Picasso o Santiago Rusiñol) y me he decantado por el azul y el blanco —sin más que un poco de dorado por aquello del sol— porque pocas hay como el Mediterráneo que representen tomárselo con calma.
P.S. 1. Cerámica con las inscripción, en catalán: “No ensuciéis las paredes. La limpieza es una gran muestra de civilizacion”; en Sitges, tocando el Mediterráneo, con estos mismos colores.

P.S. 2. La lectura de “El derecho a la pereza”, del revolucionario Paul Lafargue —yerno de Karl Marx, aunque mucho más divertido— es recomendable antes de que lleguen los fríos.
P.S. 3. Las tintas doradas son limitadas. A ver si alguien me enseña a dorar con pan de oro en condiciones.
Ferdinandus, d.s.

jueves, 25 de julio de 2013

Marginalia


1. Definición
Marginalia es una palabra latina que designa, en general, aquellos dibujos o anotaciones que se hacen en los márgenes de los libros; una actividad realmente interesante en ciertos manuscritos iluminados medievales.
En Wikipedia no explican demasiado, pero hace unos días, en un blog de historia que suelo leer, apareció una entrada muy interesante: http://themaskedlady.blogspot.com.es/2013/07/las-marginalia-y-el-humor-medieval.html

2. La otra Edad Media
Los aficionados a la caligrafía e ilustración de épocas pretéritas, me temo, solemos idealizar a veces ciertos períodos. Dejando de lado los olores nauseabundos que impregnaban el ambiente en las ciudades y pueblos, la perspectiva edulcorada de novelas y películas, aunque las citen, dejan demasiado de lado el horror real de guerras, hambrunas, enfermedades y epidemias, falta general de higiene, opresión, miedos, fanatismos, supercherías... cosas todas ellas que impregnaban, con frecuencia, incluso las vidas más monótonas.

3. Los copistas
En este contexto, la vida en los monasterios tampoco debió ser demasiado bucólica. La contemplación de iglesias y catedrales, la visita a monasterios cistercienses, o el repaso de bellas páginas de pergamino iluminado nos remiten a un mundo imaginario ordenado y hermoso, paciente, donde se reza y se trabaja siguiendo el ritmo del día y las estaciones. Una vida donde el copista se afana en crear y transmitir belleza, únicamente atento al trabajo en el pergamino, al sonido de la campana que marca las horas canónicas y a Titivillus, el diablillo encargado de distraerlo y hacerle así pecar.

En ese mundo no caben el hastío de la repetición, la pérdida de la vista, el calor y el frío a veces inhumanos, el dolor de músculos y articulaciones tras horas sentados en incómodas posiciones, las miserias de la vida en comunidad, la disciplina no siempre aceptada, el picor constante de los sabañones en invierno, los sentimientos de culpa exacerbados, las herejías a menudo flotantes, las inquisiciones siempre al acecho (en El nombre de la Rosa, de Umberto Eco, hay una buena aproximación). Pero ese era un mundo más real

4. Marginalia de nuevo
En este contexto se entienden los dibujos jocosos disimulados en mitad de una página y las ilustraciones y anotaciones en los márgenes: las marginalia. Algún día, cuando haya aprendido más, yo también colocaré algunas. Y lo haré sin miedo a ser descubierto, reprendido... o torturado. 

Ferdinandus, d.s.

La imágenes que adjunto corresponden a: 
El rostro entre la partitura:
http://letterology.blogspot.com.es/2012/10/halloween-heresy.html donde, por cierto, comparan este rostro con el de Moe, el barman de los Simpson.
El árbol que produce penes puede encontrarse en: 
La fotografías las hice en mi último paseo por el Real Monestir de Santa Maria de Santes Creus (Monasterio cisterciense de Santas Cruces), en Aiguamúrcia (Tarragona) —de visita imprescindible si no se vive demasiado lejos— y corresponden al dormitorio de los monjes y a la recreación de un scriptorium. 

miércoles, 24 de julio de 2013

N capitular


Mi primera intención era caligrafiar una frase, pero como llevaba mucho tiempo inactivo me decidí a trabajar primero la N con la que abriría el texto.
Aprovechaba también para probar un papel hecho a mano y algunas cosas más. Los resultados siempre me decepcionan un poco, pero lo sigo intentando.
Después de un par de bocetos. tracé con regla y compás la geometría clave.

Luego, con ayuda de unas plantillas de curvas, fui perfilando la idea hasta que tuve la N definida.

La ornamentación fue más complicada. De hecho, el primer resultado me pareció excesivamente barroco, 
así que la “suavicé” un poco

El color ha sido un poco un fracaso. Quería hacerlo sólo en la gama azul, pero no encontré un equilibrio; después pensé en utilizar, como técnica, lápices de acuarela —no los había probado nunca— y el resultado fue poco satisfactorio, 


por lo que volví a mi clásico gouache opaco.

Y así quedó al final. 

Ahora preveo ya un problema: cuando repita la inicial a una escala menor, la definición de las volutas posiblemente pierda calidad, por lo que quizás haya de simplificarlas. 
Pero eso será otra historia
Ferdinandus. d.s.

domingo, 16 de junio de 2013

Recomendados. 5, y limpiezas de primavera


Como siempre, llego tarde. O a tiempo, según se mire. 
En países europeos más septentrionales tienen una costumbre llamada “limpieza de primavera”: se trata de tirar cosas viejas, recuperar la ropa para el buen tiempo y limpiar a fondo armarios , cocinas y otros espacios para que la casa respire el nuevo aire y ayude a comenzar un nuevo ciclo.
Hacía tiempo que tenía ganas de cambiar algunas cosas en el blog. De un lado, la vida está llena de pequeños descubrimientos y es bueno compartirlos. De otro, hay cosas que en su momento fueron importantes y ahora ya no lo son tanto, no porque hayan perdido valor, sino porque cambian nuestras necesidades y perspectivas.
Pero vayamos a lo que suma:
Primero quiero recomendar la página de un acuarelista, José Garrido.
No es calígrafo, pero creo que separar ciertas formas de expresión estética no es bueno. Y además, cuando he ido leyendo sus entradas sobre plumillas, tintas o pinceles, me he dado cuenta de lo cerca que está y de lo mucho que aporta. 
Merece la pena, además, por otras dos cosas: escribe cosas hermosas —leer es casi un vicio para mí— y tiene una tienda en e-bay donde conseguir algunas cosas interesantes (yo, por ejemplo, acabo de comprarme un par de palilleros nuevos)

Después, citar a un conjunto de calígrafos interesantes a los que sigo en flickr:
  • Steve Czajka. Son muy buenos sus trabajos con caligrafía contemporánea, pero sobre todo me encanta su trazo con variantes de fraktur. 
  • Pedro González (PEGGO). Trabaja caligrafías muy diversas tanto en técnicas como en procedimientos y materiales. Se puede aprender mucho simplemente viendo lo que hace.
  • Aesky. De aparente sencillez. A veces incluso presenta trabajos en una simple hoja de papel cuadriculado; me resultan sugerentes los detalles.
  • Claudio Gil. En su página pueden verse buenos ejemplos en grandes formatos y caligrafía experimental bien entendida.
Y, por último, un blog y una web con información y encanto:
  • Bibliotypes. No es exactamente un blog de caligrafía, sino de todo lo relacionado con las letras. Dispone de un fondo de material impresionante para trabajar o para inspirarse a partir de páginas de textos antiguos. Son interesantísimas sus entradas con monogramas del XIX.
  • Instant de Calligraphie. La caligrafía que se hace en Francia siempre me ha sorprendido por sus efectos impresionantes. 
Hoy la lista ha sido  larga. Espero que también haya sido útil.

Ferdinandus, d.s.


viernes, 14 de junio de 2013

Caminante, reflexiona


Caminante, reflexiona.
No siempre coinciden el lugar donde crees ir y al que de verdad te
diriges. Procura que no te venza el desasosiego.
El camino más corto no suele ser el más tranquilo ni el más 
hermoso. Deja, pues, que te guíen la serenidad y la belleza.
Y que la prisa por llegar no te prive del gozo del Camino, porque el
final es igual para todos, y el futuro sólo Dios lo conoce.

Walker, reflects.
Not always match the place where you believe to go and the place that you are really going. (...)

Este uno de esos trabajos pendientes desde hace tiempo. 
Allá por el mes de marzo estaba dándole vueltas a la necesidad de encontrar el “tempo” —lento, por cierto— y, en un momento dado, me puse a escribir intentando sintetizar lo que estaba sintiendo. 
El resultado fue esta frase, que aún hoy expresa lo que sentí en aquel momento. 

De ahí a caligrafiarla había sólo un paso... que acabo de dar, aunque haya tardado.

Ferdinandus, d.s.

domingo, 26 de mayo de 2013

Tómate tu tiempo - Take Your Time


Esa cosa llamada estilo sobre la que tanto insisten es sólo un error que nos conduce a dejar un rastro personal.
                        Orhan Pamuk (1998). Me llamo Rojo  
Algunas consideraciones:
1. Ni siempre tenemos el tiempo libre que deseamos, ni siempre lo utilizamos bien. Por ejemplo, deseaba finalizar este trabajo para felicitar el Año Nuevo de Gracia —ya sabéis, aquel que empieza a contarse no desde que Jesús nace (Anno Domini, A. D.), sino desde que es engendrado (Anno gratia, A. G.)—, pero no he podido terminarlo hasta ahora. 
La idea, sugerente, viene de una costumbre medieval de organizar el tiempo y comenzar el año en un momento en el que coinciden la Encarnación, el año astrológico —el ciclo comienza bajo el signo de Aries— y el equinoccio de primavera. Precioso.

2. Sigo dándole vueltas a la relación de la caligrafía con el movimiento Slow. En mi caso es casi de manual: me relaja, me permite llevar mi ritmo, me acerca a esa soledad acompañada que tanto temo perder. Por eso tenía ganas de volver a un dibujo sobre un caracol que fotografié en la Selva Negra y combinarlo con la última orla.

3. El blanco; he descubierto el color blanco. Sin buscarlo. Llevaba tiempo esperando algo nuevo y hace poco vi un cuadro de tonos exageradamente pastel. No me gustó mucho, pero vi claro que tenía que recuperar el color blanco, que tenía olvidado. 
4. Las cosas, a veces, se tuercen. Mi primera opción era sobre un papel con textura; lo colores me gustaban, pero la plumilla corría mal e hice una pifia que lo estropeó. Cambié a un papel satinado y la pluma ha ido bien, pero los colores ya no son como antes. 

5. Dando un vistazo a mis pocos trabajos llego a una conclusión: no tengo estilo. Y lo curioso es que no me preocupa; releer a Pamuk también relaja.

Ferdinandus, d.s.


martes, 30 de abril de 2013

Barcelona como inspiración


Muchas ciudades europeas todavía conservan barrios medievales. No todas llegan a ser como las de la Toscana, pero en cualquiera de ellas, si nos perdemos adrede, podemos encontrar imágenes que nos inspiren o nos enseñen.

Hace unos días, ya en primavera, me dediqué a pasear por el barrio gótico de Barcelona, pero esta vez con la cámara, para ir fijando imágenes que si no olvidaría. Y es increíble la cantidad de ideas que uno encuentra cuando pone interés y las busca.

Ángeles, grifos, caligrafías, hojas de acanto

Ahora no tengo tiempo de dedicarme a la caligrafía, pero, como las ardillas o las hormigas, aprovecho y me aprovisiono de ideas para cuando llegue el momento. 

Y nunca viene mal gozar un poco y sorprenderse con lo que hicieron unos desconocidos hace unos cuantos siglos.


Ferdinandus, d.s.