sábado, 17 de diciembre de 2016

Felicitación familiar de Navidad. 2016. Reflexiones.

Como cada año, por estas fechas, aprovechamos para felicitar la Navidad y desear un feliz año nuevo a familiares, amigos, conocidos y saludados —según la terminología de Josep Pla—. Este año, sin embargo, ha sido un poco diferente: Nos hemos limitado al Feliz Navidad y poca cosa más, sin esa frase inicial típica que invitaba a la reflexión. Y es que para reflexionar, en esta ocasión, quizás porque son mis primeras navidades como profesor jubilado, he preferido contaros dos historias. 
Vamos a ellas.
La primera, de ficción, era un sencillo cómic del que recuerdo únicamente la trama. Mostraba dos trincheras y dos soldados, uno a cada lado. A cada cual le habían descrito al Otro, al enemigo como un salvaje, un asesino, un depredador. Así que se odiaban a muerte. Como no conseguían atravesar esa tierra de nadie que los separaba, un día, ambos tuvieron la misma idea: salir ocultos por la noche, llegar hasta el refugio del Otro y allí, mientras dormía, darle muerte. 
Sin saberlo se cruzaron y ambos, al llegar a sus respectivos destinos, los encontraron vacíos. Y entonces se descubrieron. Tal como eran en realidad. Porque cada uno vio, entre la miseria de las trincheras y al lado del catre mugriento, las cartas de la novia, las fotografías de la esposa y los hijos, o el paquete de la madre del Otro. Entendieron entonces que el Otro, el odiado enemigo, no era más que un joven lleno de ilusiones, como él, aunque con diferente uniforme. Fracasado su intento, volvieron a sus parapetos. Al día siguiente se siguieron disparando por obligación, pero ya sin odio. 
La segunda es una historia real: se la recuerda como la Tregua de Navidad. 
En julio de 1914, las tropas alemanas invadieron Bélgica para llegar rápidamente a París, pero el contingente anglo-francés los detuvo en Yprés, a costa, eso sí, de gran cantidad de bajas en ambos bandos. 

El frente se inmovilizó en un equilibrio de fuerzas y la llegada del invierno, con sus lluvias, nieve y frío no hizo sino complicar la situación, ayudada por los parásitos, las ratas, el barro o el hielo en que vivían los soldados. 
En este contexto, el 24 de diciembre los alemanes dejaron de disparar y comenzaron a “decorar” sus trincheras con lo que podían. La artillería cesó su actividad. En algunos sectores, se permitió retirar a los caídos en la tierra de nadie. Esa noche, en ambas trincheras, entre la nieve y el hielo, se cantaron  villancicos, entre otros, Noche de Paz. 
Al día siguiente, Navidad, ocurrió algo inaudito: un soldado británico dejó su fusil y sus cartucheras, abandonó el parapeto, desarmado, y se dirigió hacia el enemigo. Sus compañeros temieron por su vida y pensaron que estaba loco pero, desde el otro lado, otro joven salió también sin sus armas y fue a su encuentro. Se saludaron y quizás intercambiaron unos pobres regalos. Otros soldados se sumaron rápidamente. 
Hasta ayer enemigos irreconciliables y hablando lenguas diferentes, la noche anterior habían descubierto algo común y, sin que se sepa cómo, esa mañana acabaron improvisando un partido de fútbol en esa odiada y temida tierra de nadie. Los respectivos mandos reaccionaron pronto ante tamaña insubordinación; se llamó al orden a la oficialidad, se exigió a la tropa la vuelta a las trincheras, la artillería recibió la orden de abrir fuego de nuevo. 
A partir de entonces, por estas fechas y para evitar nuevos desvaríos, desde los generalatos se ordenaba recrudecer los bombardeos sobre el enemigo.
La guerra todavía duraría más de tres años. Se introdujeron los gases y otras armas cada vez más mortíferas; los muertos sumaron unos nueve millones, casi todos ellos jóvenes. Europa se llenó de cadáveres, de mutilados, de padres desolados, de viudas y de huérfanos, de supervivientes que no superarían nunca, psicológicamente, lo que sufrieron durante esa larga etapa de su vida.
Quedó, eso sí, marginada durante muchos años por la historia, recordada sólo por un puñado de combatientes, la hermosa Tregua de Navidad.
Este año para nosotros, Feliz Navidad, independientemente de si eres cristiano, profesas cualquier otro credo o no tienes ninguno, deseamos que signifique justo esto: un paréntesis temporal, marcado por nuestra tradición, en que podamos permitirnos el lujo, el placer, de ver a cada persona de buena voluntad, incluso si la circunstancias lo han llevado a ser temporalmente el enemigo, sencillamente como lo que en el fondo es: un semejante; alguien con quien permitirnos el placer de compartir lo que tengamos.
Que el año 2017 os sea grato y para recordar con alegría. Y, para seguir con la tradición, no olvidéis cantar villancicos, independientemente de vuestras creencias o descreencias.
Con nuestros mejores deseos, un abrazo de

La familia Torrijos - Van Schoor

Felicitación familiar de Navidad. 2016

Era opinión de los aristotélicos que la Naturaleza aborrecía el vacío y, en la historia del arte, es fácil encontrar etapas en que diferentes oficiantes se empeñaron en rellenar cada hueco de sus obras, fueran éstas pinturas, manuscritos, decoraciones de muebles o el resultado de cualquier otra actividad artística. A esta afición se la ha relacionado, a lo largo de los siglos, con el Horror vacui
Hay, creo yo, cierta perversión en esta acción de rellenarlo todo. Una especie de caída a ese vacío que genera horror, una atracción hacia no sé qué abismos interiores mediante un acto que intenta externalizarlos. Es un miedo que he vivido a veces y que, en esta felicitación, me he lanzado a él de lleno. 
Dejando aparte disquisiciones, la cosa ha sido más sencilla: no estaba quedado mal la cosa, pero primero empezó a molestarme el rojo inmaculado, así que “orlé” con blanco —cuando hice la fotografía aún me quedaban un par de detalles—. Luego la cosa fue a peor: me molestaba un poco ese blanco del interlineado, así que tomé el palillero, cargué la plumilla y, tras unos tensos momentos, me decidí. 

Y ya está. Una vez empezado ya no hubo vuelta atrás; así que dale que te pego hasta llenarlo todo con esa especie de volutas a las que soy tan aficionado. Quizás fue para calmar los nervios de una tarde o quizás por simple distracción, aunque mi excusa preferida es el recuerdo de aquella afirmación que caligrafié una vez: “Haz cada día algo que temas”. Lo temía y sí, lo hice.

A nivel de materiales y procedimientos lo habitual, con la salvedad de utilizar un papel de 30 x 30 cm. 
Esta vez, como ya dije, no ha habido frase para la reflexión al principio. La razón es que quería adjuntar un par de historias cortas que me parecieron significativas cuando las conocí, dados los tiempos que corren. 
Por supuesto, próximamente en este blog.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Sagitario de 2016 A.D.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Felicitación familiar de la Navidad de 2016. Bocetos.

Siempre empiezo estas felicitaciones con tiempo. Esta vez ha sido a principios de noviembre. Luego las voy realizando poco a poco, sin prisas, dejando reposar el trabajo. Son frecuentes los cambios durante su elaboración, incluso en su fase inicial de bocetos. 

A veces, esos cambios mejoran el aspecto inicial; otras, acabo con la sensación de que en algún momento continué cuando debía haber parado. Justo como en cualquier otra faceta de la vida.

Este año decidí un cambio importante: no habría una frase inicial sobre la que reflexionar. Sólo un “Feliz Navidad” —en latín, “Natale Hilare”— y, como concesión, un deseo de un próspero 2017. Tuve mis razones.

La iniciales son variantes de una tipografía moderna, la Alte Schwabacher de Dieter Steffmann. 
Últimamente me atrae mucho trabajar con filacterias, así que aquí las he utilizado con profusión para enmarcar el texto: “Domus Torrijos & Van Schoor desiderat vobis “ y “et Annum Faustum 2017” —La casa / familia Torrijos y Van Schoor os desean” y “y un próspero año 2017”.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Sagitario

jueves, 1 de diciembre de 2016

Bienvenida para Martina Llambrich i Cumplí

Cada trabajo lleva su ritmo, en el que se entrecruzan detalles, sucesos, viajes, sorpresas. Este ha quedado en el aire durante algún tiempo, pero finalmente lo he acabado.

He aprovechado para hacer prácticas con góticas elongadas, para volver a probar una de las tintas doradas que tengo —la Windsor & Newton Calligraphy Ink—, volver a las andadas con el pan de oro —poco a poco voy saliendo de la penuria—, y entretenerme, gratuitamente por cierto, con una orla inspirada en un fresco que vi hace poco en la iglesia de San Miguel de Gante —Gent Sint-Michielskerk—. 
Para el soporte también busqué algo especial: un papel artesano creo que de Ca l’Oliver con barbas a los cuatro lados y con un formato un tanto extraño —40 x 21  cm— que fue el que me permitió incluir la gratuita orla final.
Las razones ahora no importan, pero para encabezar la caligrafía elegí un texto del Alicia en el país de las Maravillas de Lewis Carroll. Concretamente un fragmento de su diálogo con el gato de Cheshire:
¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato.
- ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato -, si caminas lo bastante!

Por supuesto, me tomé la molestia de buscarlo en inglés y copiar la versión original. 

El resto del texto, dada la tradición familiar, está en catalán y es simplemente un recordatorio de los nombres de padres y abuelos y unas simples palabras de bienvenida.
Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Sagitario del 2016 A.D.

miércoles, 19 de octubre de 2016

M de Martina (Llambrich). Bocetos y orlas

“Habet ergo haec avis, si vere ita est, magnam similitudinem carnis Christi, cuius sanguine vivificati sumus”.
San Agustín

“Pie Pellicane, Iesu Domine, me immundum munda tuo sanguine, cuius una stilla salvum facere totum mundum
quit ab omni scelere”. 
Santo Tomás de Aquino

Una fuente de la iconografía en la Edad Media fueron los Bestiarios, compendios de ilustraciones de animales, reales o imaginarios, que contenían un simbolismo implícito compartido, tanto a nivel popular como iniciático. 
En el campo de la producción de libros, algunos iluminadores —como el también teólogo y obispo Petrus Lombardus en el siglo XII— utilizaron estos animales, y sus símbolos asociados, para decorar o construir hermosas letras capitulares.
Y en ello estoy últimamente. Mi última M mayúscula — http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2016/08/m-inicial-para-un-texto-de-de-crescenzo.html y http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2016/08/el-trabajo-en-la-vina-del-senor.html estaba compuesta por dos dragones. En ésta, de nuevo, recurro al bestiario, pero esta vez a un ave menos conocida: el pelicano.
Lo tenía decidido, pero me animó, sobre todo, una visita a Bélgica que hice hace unas semanas por motivos familiares, y que me permitió volver a pasear por Brujas y la Basílica de la Santa Sangre, donde este símbolo aparece con profusión.


A nivel de cristianismo, este palmípedo se identificó con el sacrificio de Cristo en la cruz y la Eucaristía. Y es que en la antigüedad, observando que el ave apoyaba el largo pico sobre el pecho para que comieran de él sus crías, y viendo que a veces aparecía manchado de sangre, imaginaron que se hería para darles la suya como alimento.

Por ello simboliza la abnegación, el sacrificio, el dar sin esperar nada a cambio y, por ende, con el amor paternofilial. Y, a nivel religioso, el sacramento de la comunión.

Nada más apropiado, pues, para usarlo como animal simbólico en un texto de bienvenida a una niña recién nacida, hija de un sobrino. Que su nombre sea Martina me vino bien, ya que al ser su inicial una letra simétrica, me permitía poner no uno, sino dos, representando al padre y la madre; y dos crías, dado que ahora son dos hermanas.

El simbolismo que pudo tener para logias masónicas o hermandades rosacruces, mejor si lo dejamos para otro momento.
Las orlas, de otro lado, están inspiradas en unos frescos de la Catedral de Nuestra Señora, de Amberes, que también volví a visitar en este viaje.

Las letras “esia” son una historia aparte. Aunque no llevan puntos ni están en mayúsculas, corresponderían a las iniciales de “et sic in aeternum”, que se podría traducir como “Y así para siempre”,que no es otra cosa que el título de un libro del humorista Chumy Chúmez con el que durante años finalicé mis vídeos familiares.

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Libra de 2016 A. D.

jueves, 6 de octubre de 2016

Referentes para futuras caligrafías. San Miguel Arcángel.

En mis trabajos, inventar, lo que se dice inventar, invento muy poco. Me inspiro en antiguos manuscritos, en diseños que me parecen curiosos y, como no, en imágenes que voy observando cuando recorro museos o ciudades.
Hace unas semanas, en visita a Flandes por motivos familiares, me motivaron dos elementos icónicos repetidos: la imagen del Arcángel San Miguel y la del Pelicano como símbolo cristiano. Comparto algunas imágenes que tomé del primer tema y lo sitúo en su contexto.
Tras la caída del Imperio Romano Europa entra en una crisis de siglos donde el feudalismo va tomando forma, la Iglesia forma parte del juego del poder —nobles y altos clero comparten lazos familiares e intereses— y el cristianismo se va adoptando conjugándose con creencias y ritos anteriores. En este contexto, su germen monoteísta no acaba de cuajar y se ha de recurrir a ángeles y santos para acabar de cautivar las almas. Es la época en que toda ciudad y todo gremio tiene su santo patrón.
Las contradicciones aparecen con el grupo de los caballeros, cuyo trabajo es la guerra, tan ajena al pensamiento cristiano de paz y caridad. Así que hay que santificarla, hacerla en nombre de Dios si es posible, y buscar referentes en las Escrituras o en otros textos apócrifos. 
Y así, pronto aparecen en el devocionario dos santos guerreros: San Jorge —patrón de tantos lugares— y el Arcángel San Miguel —“¿Quién como Dios”—. Las imágenes de ambos se repetirán, a lo largo de esos siglos, en las más variadas manifestaciones artísticas por toda Europa.
Ambos cargados de referentes simbólicos. La gloria del primero viene de matar a un dragón; el segundo es el vencedor de la madre de todas las batallas: nada menos que el primer enfrentamiento, en los cielos, entre el bien y el mal.
En mi última visita a la Bélgica flamenca me he entretenido observando lo que queda de su legado medieval.
Y aunque no pude volver a los Museos Reales de Bellas Artes a contemplar, de nuevo, la fantástica obra de Brueghel La caída de los ángeles rebeldes, si logré, en mis paseos, captar algunas fotografías que ahora comparto:
San Miguel junto a San Jorge, en el Ayuntamiento — Stadhuis — de Bruselas

Coronando la torre del Stadhuis de Bruselas

Catedral de Bruselas, dedicada a él y a Santa Gúdula —Kathedraal van Sint-Michiel en Sint-Goedele

En Gante, en una casa frente a la Iglesia de San Nicolás — Sint-Niklaas.

En Gante. Pórtico de la Iglesia de San Miguel — Sint-Michielskerk.

En Gante. Interior de Sint-Michielskerk. 1

En Gante. Interior de Sint-Michielskerk. 2


En Gante. Interior de Sint-Michielskerk. 3

En Gante. Interior de Sint-Michielskerk. Vitral.

En Gante. Bronce sobre el puente entre Sint-Niklaas y Sint-Michielskerk


Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Virgo (las fotografías)

lunes, 5 de septiembre de 2016

Cosas recuperadas. 1991. Documento de petición y aceptación de “abuelidad”

Pura paranoia. Pero éramos más jóvenes, y entrábamos al trapo. Y esta es una de esas cosa absurdas que uno hace… y de las que nunca se arrepiente.
Por aquel entonces sólo hacía caligrafía muy de tarde en tarde, no existían los blogs, y no había ideado a Ferdinandus, d.s.
La cosa fue, más o menos, así: cuando mi esposa quedó embarazada de nuestro primogénito y lo comentamos en familia, mi suegro, que tenía un punto divertido, hizo como que se sorprendía de que no le hubiéramos pedido permiso para llevar a cabo tan magna hazaña. Y yo, que era ameno y fácil de “engrescar” le dije que no se preocupara porque, aunque tarde, algo idearíamos para enmendar ese tremendo error. 
Así que decidimos realizar el manuscrito siguiente, que le llevamos en nuestra siguiente visita, firmamos los tres y, durante años, estuvo colgado en su casa.

Tras una atinada frase de las Filípicas de Cicerón, que podría traducirse como: “Nada dura para siempre, una edad sucede a otra”, este fue el texto utilizado:
Nos, Godelieve y Fernando, dilectos esposos, futuros padres e ignorantes aún de los atributos y condiciones del Nonato.
Reunidos en capítulo en el Año de Gracia de Mil Novecientos Noventa y Dos y de común acuerdo
Decidimos: Solicitar de Vos: Jozef Emiel Van Schoor Verest
El honor de aceptar los derechos y deberes inherentes al ejercer de Abuelo del todavía Innominado Ser que ha de llegar al Mundo como Hijo Nuestro tras la canícula.
Mas señalamos que: Tal y como a nuestros progenitores no les fue dado uso ni privilegio de consulta sobre nuestro deseo de ser, o no, Nacidos, así tampoco los haya para que Nos, en la medida de nuestros quehaceres, nazcamos a otros. Que la Naturaleza y el Destino, que todo dominan, sean los que decidan el paso de las generaciones y los títulos familiares a ello debido.
Y desde el respeto que por las Leyes de estas Fuerzas  sentimos, elevamos nuestra petición en lo que a la existencia social toca, dejando en sus designios la definitiva decisión de hacernos: a Vos, Abuelo, y a Nosotros, Padres.
Y es deseo Nuestro que todo llegue a buen fin y que nos sea concedido, para iniciar esta andadura, de tales Fuerzas la Gracia, y de Vos, la Bendición. 
Y para que así conste, firmamos y rubricamos este documento bajo el signo de Géminis.
Solicitamos    Acepto y asumo
(aquí nuestras respectivas firmas)
Unos meses después, bajo el signo de Leo, nacía, ahora hace 25 años, nuestro hijo Guillermo.
Ferdinandus, d.s. 


P.S. Ojo, él nació, y este escrito se hizo, en 1991, pero lo de 1992 no es un error, ya que datamos en A.G. y no en A.D., con la diferencia de 9 meses que ello comporta.

viernes, 26 de agosto de 2016

El trabajo en la Viña del Señor

El texto de De Crescenzo que leí en mi jubilación:
Mateo, 20. 1. 16. —anuncia el profesor—. Un padre de familia ofrece trabajo en una viña a algunos obreros. Algunos llegan a la hora primera, otros a la tercera, otros a la sexta. Los últimos llegan a la hora undécima, un poco antes de que se ponga el sol. Cuando anochece, el padre de familia entrega un sueldo a cada uno de ellos, lo mismo a quienes llegaron los primeros que a quienes lo hicieron en los últimos cinco minutos. ¿Qué quiere decir la parábola? Según el padre Ferruccio, el párroco de San Joaquín, el sueldo es el Paraíso, y el Paraíso es un premio que está al alcance de todos, incluso de aquellos que se arrepienten en los cinco últimos minutos. De acuerdo, pero alguien podría objetar: ¿cómo?, yo me levanto a las cinco de la mañana para ir a trabajar, tú, en cambio, llegas todo pimpante a las seis de la tarde y, luego, a la postre, ¿qué pasa? ¡Que nos dan el mismo sueldo a los dos! ¿Y esto se puede llamar Justicia? Pues sí señor, contesto yo, eso es hacer Justicia: porque la verdad es que el sueldo del dueño de la viña no es más que una moneda falsa, porque el Paraíso no existe, porque la auténtica recompensa es haber trabajado en la viña del Señor. El que ama obtiene enseguida su salario, porque sólo se puede conocer la belleza sutil del amor y de la amistad amando. Conviene ser buenos.

Luciano de Crescenzo: OI DIALOGOI. Los diálogos de Bellavista.


A nivel de materiales, técnicas o procesos, la verdad, ninguna novedad reseñable. Lo de siempre, esta vez sobre un papel granulado, ligeramente amarfilado y barbas a los cuatro lados de 30 x 30 cm. aproximadamente.


Aprovecho, eso sí, para recomendar encarecidamente tanto este texto como, del mismo autor y con el mismo personaje principal, Así habló Bellavista. Un par de libros para leer con calma, reflexionar debidamente y tomar conciencia de que el pensamiento realmente profundo no está reñido ni con el humor ni con el sentimiento poético. 

Y aquí ando, agradecido por seguir trabajando en la Viña del Señor, acompañado, además, por tanta gente extraordinaria. Que, además, saben que conviene ser buenos.


Ferdinandus, d.s. en el tercer decanato de Leo del 2016 A. D.

miércoles, 17 de agosto de 2016

M inicial para un texto de De Crescenzo

Con motivo de la celebración de mi jubilación como profesor me pareció oportuno decir unas palabras de agradecimiento por tantos años compartidos con mis compañeros. Utilicé un un texto corto de Luciano De Crescenzo en el que el protagonista, el profesor Bellavista, comenta ese fragmento del evangelio (Mateo, 20.1.16) referido al trabajo en la Viña del Señor.
Este es el boceto de la M capitular y, esta vez, reconozco que mi nivel de “creatividad” podría calificarse como bajo.
La “M” está basada en una inicial de  M. Ch. Cahier de su “Nouveau Mélanges d’Archéologia d’Histoire et de Littérature sur le Moyen Age” (1877) (esta vez he conseguido obtener la referencia del original: http://bibliotypes.blogspot.com.es/2013/05/cahier-p-ch-ii-nouveau-melanges.html) que modifiqué ligeramente elongándola e introduciendo, como era de esperar, una decoración de hojas de viña y uvas.
Para las hojas de la vid tenía, además de algunas fotografías propias, toda una colección de reproducciones de la obra de J. Mirabent, un pintor de finales del XIX  (la de la variedad malvasía, por ejemplo, es de 1869), que se dedicó a reproducir las diferentes cepas conocidas y que actualmente pueden contemplarse en el VINSEUM, Museo de las cultura del Vino de Cataluña, en Vilafranca del Penedés (y merece la pena). Curiosamente, al final me decidí a tomar como referencia las de un cuadro del pintor Brian McCarthy (n. 1960). Como homenaje y agradecimiento, publicito su obra, que puede verse, por ejemplo, en https://catherinelarosepoesiaearte.blogspot.com/2012/08/brian-mccarthy.html

Y eso es todo por ahora.

Ferdinandus d.s. trabajo realizado durante el segundo el decanato de Cáncer del 2016 A. D.

lunes, 15 de agosto de 2016

Benvinguda Lia

Realizado para celebrar el nacimiento de la hija de una amiga (y si tardo un poco más en acabarlo nos plantamos en su Primera comunión). El texto es el siguiente:

Benvinguda siguis 
RosaLia

A un món ple de joia i rialles, on les batalles es fan amb caramels, les mulasses ballen a la Rambla i els dracs fumegen a la nit; on la vida camina pels carrers envoltada de dones vestides de blanc; on es fan torres per arribar al cel i la gent, malgrat la descreença, dóna tres tombs per beneir els animals estimats. Un lloc pintat de llum i de sabors, encerclat per un cel i una Mediterrània blaus màgics i protegit, des de la platja, per una dona nua bojament enamorada d’un bou que només existeix a la terra dels mites.

Y la traducción, para los que no entendáis el catalán: 
Bienvenida seas, RosaLia. A un mundo lleno de alegría y risas, donde las batallas se hacen con caramelos, las mulas bailan en la Rambla y los dragones echan humo en la noche; donde la vida camina por las calles rodeada de mujeres vestidas de blanco; donde se hacen torres para llegar al cielo y la gente, a pesar de su descreimiento, da tres vueltas para bendecir los animales estimados. Un lugar pintado de luz y de sabores, rodeado por un cielo y un Mediterráneo de aulas mágicos y protegido, desde la paya, por una mujer desnuda locamente enamorada de un toro que sólo existe en la tierra de los mitos.

Nota aclaratoria: si no eres de Vilanova i la Geltrú, aunque te haya traducido el texto al castellano te va a sonar todo a chino, pero de verdad que el texto tiene su sentido si conoces el folklore de la ciudad.
***
Hay trabajos con lo que me tomo mi tiempo. Éste, por ejemplo. Lo comencé en el mes de abril y lo he acabado ahora. Y es que hay que acostumbrarse al ritmo de las cosas, e igual que cada quien tiene el suyo, también cada quehacer reclama o más presteza o un tiempo de reposo entre una línea y la siguiente.
Pero en fin, ya está. Alea iacta est.
El recorrido ha sido tortuoso —lo que no le quita la agradabilidad— ya que ha habido más dudas y cambios de lo habitual —a un río con meandros, lo asemejaría yo—. 

Al principio no tenía claro el texto; luego, una vez decidido, hice un esbozo y me percaté de que era demasiado extenso, así que lo recorté un poco; al final, en cambio, quedó un poco corto, así que introduje una orla final, basada en la inicial, para rematar. 

Luego estaba la inicial, que casi “repito”, ya que en principio la diseñé para este trabajo, posteriormente pensé en algunas modificaciones y la utilicé en otro — http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2016/06/los-amigos-sirven.html — con el color dominante rojo y, finalmente, he vuelto a colocar aquí casi en su diseño primitivo, con nuevos cambios y dominante azul.
Con el nombre también tuve dudas. La niña se llama Rosalía pero la llamarán Lía (sin acento en catalán), de ahí que la mayúscula importante sea la L y no la R.
En fin, así ha ido todo. 
Como puede verse, lo de la vida propia no es broma. Si alguien piensa que cuando comienzo un trabajo ya tengo todo previsto no sabe en el error en que vive.

A nivel técnico he trabajado con tintas, gouaches y acuarelas. Como novedad, el uso de una tinta que tenía en casa abandonada desde hace muchos meses —la Oro de la serie Calligraphy Ink de Winsor & Newton— y que esta vez ha funcionado bien, tanto con tiralíneas como con plumilla, a pesar de la trama del papel. La plumilla la he utilizado para las volutas de las mayúsculas y ha sido una Leonart 40 inglesa, muy flexible; la única pega es tener que limpiarla cada pocos trazos dada la densidad de la tinta.

En la fotografía no se diferencian bien algunos colores —las líneas rojas y doradas parecen casi del mismo tono—. A ver si un día aprendo a hacer mejores fotos.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Leo del 2016 A. D.

domingo, 31 de julio de 2016

Rosa de los vientos. Recuperando los orígenes.

Puede que a mi hija no le gustara tanto, pero a mí sí. Tanto el sol central como el Gulden Draak que señalaba el Norte. Así que decidí pasar el boceto a limpio.
Porque Gante (Gent) está, a nivel geográfico, prácticamente en mi Norte (Vilanova y la Geltrú está en el meridiano 1º 43' E y Gante en el 3º 43’ E).
Y ahora, permítaseme contar una historia de Gante, una de esas ciudades en las que me siento a gusto: lo primero que supe del Gulden Draak es que era una de las cervezas belgas más típicas. Y muy buena. Sólo después conocí su historia, profundamente ligada a Flandes y la última vez que visité esa ciudad, ahora hace nueve años, tomé una foto para el recuerdo.
Este dragón dorado corona la torre Belfort, situada junto a la de la catedral de San Bavón —donde se conserva el retablo de la Adoración del Cordero Místico, de Jan Van Eyck— que, con sus 91 m., la convierte, posiblemente, en el campanario más alto de Europa. 

Como todo lo medieval, se hacía sin prisas e intermitentemente (1313-1380), condicionada su construcción por guerras, epidemias, revueltas y otras distracciones comunes en la época. Dos años después de su construcción, en 1382 se coronaría con el dragón dorado. 

Esta estatua, cuenta la leyenda, formaba parte de la proa del barco del rey noruego Sigurd Magnudsson, un cruzado de principios del s. XII. Cuando llegó a Constantinopla, se la regaló al emperador para que la colocara en Santa Sofía y, en el siglo siguiente, el conde flamenco Balduino IX la traería a Europa, acabando en la ciudad vecina de Brujas (Brugge). Tras la batalla de Beverhoutsveld, Gante lo consiguió como botín de guerra y lo colocó sobre su campanario.

Desde entonces tuvo como misión protegerlos y se convirtió en el símbolo de la libertad de la ciudad. Yen la imagen de esa cerveza a la que aludía al principio.
Por cierto, el poema completo del que están sacados los versos que enmarcan esta Rosa dice así:
But to every mind there openeth,
A way, and way, and away,
A high soul climbs the highway,
And the low soul gropes the low,
And in between on the misty flats,
The rest drift to and fro.

But to every man there openeth, 
A high way and a low,
And every mind decideth,
The way his soul shall go.

One ship sails East,
And another West,
By the self-same winds that blow,
Is the set of the sails
And not the gales,
That tells the way we go.

Like the winds of the sea
Are the waves of time,
As we journey along through life,
Is the set of the soul,
That determines the goal,
And not the calm or the strife. 

Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)



Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Leo del 2016 A.D.