sábado, 9 de julio de 2016

Huertos Familiares. Racó de l’Arboç. Opción A.

Esta era la primera opción, aunque acabé haciendo otra.
A nivel técnico la realización ha sido muy variada. Como pigmentos he utilizado tintas, acuarelas y gouache aplicados indistintamente con pincel, plumilla e incluso, para pasar del boceto al diseño en limpio, con mis estilógrafos de 0,3 mm.

Como soporte he utilizado un papel artesano de Ca l’Oliver, en un formato aproximado de DIN A4 aunque de corte irregular (aparte de los posibles efectos de paralaje de la fotografía, como puede percibirse no es un rectángulo exacto), con barbas a los cuatro lados y una textura marcada.

Como inspiración, una fotografía que realicé hace años de un fresco de la hermosísima catedral de San Bavón, en Gante (uno de los lugares donde siempre deseo volver) e imágenes de madroños en sus distintas épocas —en las sierras cercanas al Delta del Ebro se encuentran con facilidad, aunque, en este caso, mis referencias han sido los madroños del Parque Natural Montseny, un lugar que solemos visitar de vez en cuando.

Como siempre, a nivel técnico, mi problema ha sido darle volumen y pulir el dorado. Siempre hay cosas a mejorar, ya se sabe.
Independientemente del resultado final, es de los trabajos con los que más he disfrutado. El concepto de Slow, que me es tan querido, aquí ha tenido una expresión fantástica —empecé a realizarlo allá por el mes de enero— y ha sido un campo de experimentación, ya que, a medida que iba evolucionando, he introducido variantes, pequeñas, pero que para mí han sido significativas.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Cáncer.

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